- iniciar, mantener y finalizar los juegos.
- flexibilizar la conducta en el desarrollo de los juegos.
- explicar y aceptar variaciones.
- saber perder y ganar.
- resolución de conflictos.
- respetar turnos.
- aceptar y respetar normas.
Mi colaboración es de dos tipos dependiendo de qué niños compongan el taller. Cuando me encuentro con un grupo que aún no sé cómo son las reacciones que tienen ante los diferentes estímulos, prefiero quedarme un poco alejada para dejar una distancia entre nosotros y que no se sientan agobiados por mi presencia. También así puedo observarles mejor. En este caso, colaboro si la encargada del taller me lo pide, por ejemplo si ella tiene que regular una conducta en un niño, yo puedo seguir con los demás para que no se produzcan cortes en el desarrollo de las dinámicas. Por otro lado, si ya conozco a los niños por haber estados con ellos en más ocasiones, colaboro desde el principio procurando la participación de todos y poniendo en prácticas las técnicas de modificación de conducta.
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